Trastornos de personalidad

Decimos que una persona sufre un trastorno de la personalidad cuando “su forma de ser” presenta una desviación del patrón habitual y esto le supone un elevado sufrimiento tanto a él como a los que le rodean. Hay muchas personas “diferentes” que viven perfectamente adaptadas y sin que ello les genere ningún tipo de sufrimiento, en estos casos no podemos diagnosticar un trastorno de la personalidad.
Así podemos definir una serie de rasgos de la personalidad que en caso de que en un determinado individuo estén excesivamente acentuados y por ello le genere sufrimiento y malestar diríamos que sufre un trastorno de la personalidad. A continuación describimos los principales trastornos de la personalidad con sus rasgos principales:
- Trastorno paranoide: Desconfianza, suspicacia
- Trastorno esquizoide: Introversión, solitarios, poco afectivos, insensibles, indiferencia
- Trastorno histriónico: hipersensibles, elevada afectividad, superficialidad, etc.
- Trastorno antisocial: Maldad, violencia, agresividad, sin sentimientos de culpa, frialdad
- Trastorno dependiente: Pasividad, indecisión, falta de autoestima, dependencia
- Trastorno evitativo: Hipersensible, retraimiento social, evitación de situaciones, ansiosos y temerosos
- Trastorno obsesivo: Perfeccionismo, obstinación, rigidez, necesidad de control.
- Trastorno límite de personalidad
Dentro de los trastornos de la personalidad tenemos que destacar el trastorno límite de la personalidad que se trata de un patrón de carácter en el que predominan las conductas impulsivas, la inestabilidad emocional, los sentimientos de vacío y cierta tendencia a las conductas autoagresivas.
Los individuos con trastorno límite de la personalidad suelen presentar un continuo devenir de profesional en profesional, de centro en centro sin conseguir una solución a su problema. En ocasiones la severidad de los trastornos de conducta obligan a un ingreso psiquiátrico como única forma de garantizar la seguridad de la persona. Los ingresos deben ser lo más cortos posibles insistiendo en el tratamiento ambulatorio.
A la hora de planificar el tratamiento de un trastorno límite de personalidad debemos ajustar muy bien los objetivos. No es posible cambiar la personalidad de una persona. El objetivo debe ser realista dirigido a lograr la mejor adaptación posible al medio de la persona. El trastorno límite de la personalidad es un complejo síndrome que obliga a tratamiento mixto psiquiátrico y psicológico bien integrado en un equipo multidisciplinar.